viernes, 31 de julio de 2015

Fin de curso y vacaciones

Ya acaba julio y empieza el mes oficial de las vacaciones. Sé que muchos hacen las vacaciones en otro mes (y todo son ventajas, la verdad) pero no quita que para la mayoría agosto sea sinónimo de vacaciones, que hasta parece que se pare el mundo.
El piratilla también empieza ya sus vacaciones, hoy es su último día de guarde y como el curso que viene tendrá otra profesora quisimos preparar un detalle de recuerdo a la que ha tenido durante estos meses. Es encantadora, se nota que le gustan los bebés y que quiere al piratilla. Que lo achuche cuando le ve y que lo llene de mimos es algo que me encanta, así que quería regalarle algo bonito.
Le preparé un bolsito tipo clutch de trapillo. O un neceser. Porque puede ser lo que cada uno quiera. De hecho, ella me ha dicho que lo usará sobre el mármol del baño para guardar cepillos y pinturas. El trapillo que usé me encanta y me sobró bastante así que estoy por hacerme otro para mí, a ver qué uso le encuentro yo…
 
(ahora veo que la foto quedó así así pero ya no la puedo repetir)
 
¿Qué os parece? A la profesora del piratilla le gustó mucho y cuando supo que lo había hecho yo me dijo que entonces le gustaba mucho más. Pese a los defectillos, que los tiene...
 
 
Y bien, yo todavía no empiezo mis vacaciones aunque ya empiece agosto, pero me quedan muy pocos días de trabajo, así que aprovecho esta entrada para echar la llave al blog.
 
(imagen molona gentileza de Creative Mindly)
 
Aprovechad las vacaciones para descansar, pasarlo bien, viajar, ir a la playa, ir a la piscina, ir a la montaña, ver películas, leer libros, hacer todo lo que os gusta y que normalmente no podéis hacer por falta de tiempo. En definitiva, sed felices.
Quiero veros por aquí en septiembre. A todos.

miércoles, 22 de julio de 2015

Pirate party: pastel

El otro día el piratilla cumplió un año y ya me encargué de contároslo ;)
Ahora os vengo a contar que lo celebramos, por supuesto. Una celebración en casa, con poca gente, pero con su comida, su bebida, su decoración, sus regalos y su pastel. Todo pirata, claro está. Aquí una no se estruja mucho el cerebro y la idea es que al niño le acaben encantando los piratas o los acabe odiando, una de dos.
 
 
Este fue el pastel, con el pirata a juego con la camiseta de cumpleaños y con el cuadrito que le hice para su habitación. Sí, antes de que los más listos digáis que la boca es diferente ya os lo digo yo: es diferente. Es en rojo y con las "marcas de reír mucho" (cito textualmente a la pitufina) por petición de su hermana.
 
Esta vez no se me rompió ni se me rajó la cobertura de fondant, será que voy aprendiendo. Pero siempre tiene que pasar algo... Hice un primer bizcocho que quedó perfecto, le puse una capa de mermelada de fresa (mmmmm), hice un segundo bizcocho y, horror, quedó lleno de cráteres y caído de un lado. A saber qué hice mal... Pero a grandes males, grandes remedios: usé la mermelada de fresa como cemento para rellenar los cráteres y quedaron bien. También la usé para intentar solucionar que el pastel quedara caído por un lado, aquí el resultado no fue tan bueno pero algo hizo... Una vez cubierto con fondant no se notaba tanto...
 

 
 
 
El piratilla no le hizo mucho caso al pastel pero la pitufina dijo que hago los mejores pasteles del mundo, así que comprenderéis que ya me dio igual si el color de la cara del pirata me había quedado demasiado naranja o si el pastel quedaba un poco caído de un lado. Yo-hago-los-mejores-pasteles-del-mundo. Pitufina dixit.
 
Y ya puestos, os dejo una foto del rinconcito pirata, que me gusta cómo quedó, aunque no se ven los globos piratas que compré...
 

 

miércoles, 15 de julio de 2015

El piratilla cumple un año

Que alguien pare el tiempo, que me bajo. El tiempo ya empezó a desmadrarse cuando nació la pitufina y tras el nacimiento del piratilla se volvió definitivamente loco, y pasan los días con una velocidad que me da hasta vértigo. Y resulta que volvemos a estar a 15 de julio y ya ha pasado un año. ¡Ha pasado un año! Un año en el que el piratilla nos acompaña día a día, con sus sonrisas, sus enfados, sus risas y sus llantos, hasta tal punto que ya no recordamos cómo era la vida sin él. Es más, no queremos recordarla. Un año que ha pasado demasiado rápido, en el que él ha crecido mucho y en el que todos hemos aprendido muchas cosas.
 
- Hemos aprendido que el corazón crece cuando nace otro hijo, que ese espacio que quedaba lleno del amor a tu primer hijo se expande, no es que ese espacio, que antes ocupaba un solo hijo, deba dividirse entre los dos. Al contrario, duplica su tamaño y ese mismo amor que tenías por tu primer hijo se queda intacto -o crece más- y a la vez tienes otro espacio enorme lleno de amor para el segundo. Lástima que no pasa lo mismo con el espacio de casa, que sí se tiene que dividir para que quepan juguetes, ropa y trastos de los dos hijos.
 
- Hemos aprendido lo que son las noches sin dormir, que la pitufina apenas nos dio dos o tres malas noches y con el piratilla ya hemos perdido la cuenta. Pero hemos aprendido también que el cuerpo, aunque parezca que no, aguanta. Y que tras una mala noche, la siguiente suele ser buena, aunque sea por puro agotamiento de todos.
 
- Hemos aprendido que dos hijos es más trabajo, más nervios a veces, más cansancio pero también es más diversión, más ratos de risas y más alegría.
 
- Hemos aprendido que un bebé chiquitín nos necesita en todo momento pero que un hijo más mayor nos necesita más. Que no es adulto aunque sea un niño mayor y que la situación, que a nosotros nos puede superar por momentos, le puede desbordar por mucho que adore a su hermano, porque recuerda cuando todas las atenciones sólo eran para él.
 
- Hemos aprendido a dar más besos y más abrazos que antes y a pasar un ratito especial con cada uno.
 
 
Desde aquí mando un beso enoooorme a mi pirata, al que agradezco que nos eligiera, y a mi pitufina, por ser la mejor hermana mayor del mundo.
 
 
Y aquí la camiseta que hoy luce el piratilla, porque para él, por supuesto, también habrá camiseta de cumpleaños cada año hasta que me diga basta...
 

 
En la espalda he puesto la fecha. Para que no quede duda alguna de cuándo cumple su primer añito...

viernes, 10 de julio de 2015

Regalos de un nuevo amigo invisible

Ya sabéis que a mí me gustan los amigos invisibles más que un caramelo a un niño y recientemente he participado en otro. Ha sido entre un grupo de madres de bebés de la misma edad, con las que estoy en contacto y comparto dudas de crianza, preocupaciones, orgullos, noches de dormir poco y mal y ese tipo de cosas. La "excusa" ha sido (en realidad para mí cualquier excusa es buena para un amigo invisible) que los niños están a punto de cumplir un año, así que lo de hacer y recibir un regalo venía al pelo.
 
El regalo que hice fue un babero, con la inicial del nombre de la bebé adornado con unas flores y un lazo, y un colgante-camafeo con una foto de la niña, para que su madre la luzca orgullosa. Ya que el colgante tiene esa base con aire romántico edité la foto antes para darle un color sepia y que pareciera antigua.
 

 
Mi falta de tiempo desde que pasé de ser madre a ser bimadre es algo que ya conoce todo el mundo, porque no paro de repetirme. Poco a poco parece que voy aprendiendo a organizarme y voy rascando tiempo para hacer cosillas, pero ni por asomo al ritmo que llevaba antes. Pero todo se andará... y entonces echaré de menos cuando eran tan pequeños que me necesitaban para todo y querían que jugara con ellos...
Todo esto viene a que me hubiera gustado poder hacer más regalos artesanos, pero los días tienen las horas que tienen, así que, además, le compré un juguetito.
 
 
¿Qué os parecen los regalos? Yo estoy muy contenta porque gustaron a sus destinatarias y también porque los regalos que recibimos nosotros eran una pasada de chulos.
 

lunes, 6 de julio de 2015

Más anillos-camafeo con cabuchón (II)

En esta entrada os contaba que ahora me ha dado por hacer anillos-camafeo con cabuchón porque me encanta cómo quedan y lo mucho que lucen. Y hoy, por fin, os puedo enseñar tres más.

 
Este es el anillo que os contaba en la otra entrada, el que era para una amiga pero que ella todavía no lo sabía y por eso no os lo enseñaba (es que ella me lee siempre, ¡hola Vane!). Yo creo que, hasta la fecha, es el más bonito de todos los que he hecho. Tuve muchas tentaciones de quedármelo yo...
 
 
Este es especial y el mensaje "Stay strong" (mantente fuerte) no está elegido al azar. Este lo regalé a una persona con un problema importante de salud, a la que operarán en breve, para que lo tenga cerca y le dé fuerzas. Ella es muy fuerte y lo está encarando muy bien pero los bajones son normales. En esos casos, tiene que mirar el anillo y recordar que todo saldrá bien.
 
 
Y este es el que he hecho para mí, a ver si este no lo pierdo. Me encanta esta imagen, que en realidad no tiene nada que ver con la maternidad, sino que forma parte del cuadro "Las tres edades de la mujer",  de Gustav Klimt. Pero oye, el arte a cada uno le transmite lo que le transmite...
Aquí podéis ver el cuadro entero, si os apetece.


Estos anillos tienen una base completamente diferente de los otros que os enseñé. Los otros tenían un aire más romántico, más vintage, y estos son más actuales. ¿Cuáles preferís? ¿O sois como yo y preferís varios uno de cada?