lunes, 9 de mayo de 2016

Limoneando con la pitufina (XI): arcilla de colores

La última vez os enseñé un busto de arcilla que había hecho la pitufina en una escuela de bellas artes en una salida del cole. Hoy os traigo otro modelado con arcilla que hizo en casa este fin de semana lluvioso.

La pitufina llevaba mucho-mucho-mucho tiempo sin pedir jugar con plastilina, pero recordando un regalo conjunto que le hicimos a una amiga suya hace unos meses (10 o 12 botes grandes -uno de cada color- de Alpino Magic Douhg, que la niña es muy fan de modelar cositas) me pidió hacer figuras pero que duraran, que no fueran con plastilina. Y aproveché para usar una arcilla que había pedido que le regalaran cuando tenía unos tres años y que luego, cuando recupere el sentido común, guardé para cuando fuera más mayor.

Pues bien, la experiencia no resultó tan divertida como habíamos pensado porque esa arcilla estaba más seca que la mojama. Al final, la pitufina encontró la manera de humedecerla lo suficiente como para amasarla un poco: metía la bola de arcilla en una toallita de bebé y apretaba bien para que la toallita fuera soltando todo el líquido. ¡Posiblemente no sea la mejor solución pero le funcionó!



Pero la verdad es que trabajar esa arcilla era difícil hasta para mí, que tengo más experiencia, y nos acabamos cansando las dos. Al final logró acabar el conejito que quería hacer pero nos quedamos sin tiempo y sin ganas de hacer más cosas.

Aquí el conejito con la caja con las arcillas de colores

Luego, en otro momento, me dijo que igual solo estaba seca la verde y que otro día querría probar otra vez, pero ya me veo el percal, que el amarillo costó menos porque necesitábamos menos cantidad, pero estaba también bastante seco... Así que le compraré un pack de iniciación de Alpino Magic Douhg y si le gusta y la veo con ganas, pedimos por su cumpleaños de regalo conjunto a sus amigas que le compren un bote grande de cada color, como a Jana, y a modelar como si no hubiera un mañana... que además, esta pasta de Alpino, como el Jumping Clay, para niños está genial porque una vez seco no se rompe, así que pueden hacer sus propios juguetes, usarlo para hacer pendientes, decorar lápices, etc...
Y con un poco de suerte no mancha tanto, porque la arcilla verde nos dejó manos de alien...

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