jueves, 29 de octubre de 2020

11 años y metida de lleno en el mundo de la magia

La pitufina ya está dejando de serlo y ya es una señorita de 11 años. Los cumplió en medio de la segunda ola del malditovirus y con la pierna inmovilizada por una lesión en la rodilla, así que casi estaba confinada en casa sin estarlo... Y, pobre, la verdad es que tampoco esperaba grandes planes por su cumpleaños. Es una pena pero a la vez es admirable cómo los niños están llevando todas las restricciones por la pandemia mejor que los adultos.

Sin salir de casa, con la celebración con amigas pendiente hasta quién sabe cuándo, con videollamadas y con solo la familia más cercana. Pero con globos, un par de guirnaldas, regalos, abrazos y un pastel. Y qué menos, con todo lo que no tuvo, que el pastel fuera enteramente a su gusto.

Si el año pasado eligió que los dos pasteles (sí, me tocó hacer dos pasteles) fueran relacionados con Harry Potter, este año, por no repetir pero por no dejar de lado su fijación obsesión amor por la magia y los mundos creados por J.K.Rowling, eligió que en el pastel apareciera un escarbato, uno de los animales fantásticos más graciosos de "Animales fantásticos y dónde encontrarlos".

Aquí el resultado:


Ella quedó encantada. Y sí, el pastel lleva una bufanda de Slytherin. En los 366 días que han pasado entre los dos cumpleaños, ha dejado de considerarse una Gryffindor para autodenominarse Slytherin. No sé qué es lo que debo haber hecho mal...

jueves, 3 de septiembre de 2020

Camiseta de Super Mario

Vuelvo a asomar la cabeza por aquí... ¿queda alguien?

Lo último que os había enseñado fue el pastel de cumpleaños del piratilla. Creo que, viéndolo, pudisteis adivinar que su actual obsesión es Super Mario, así que su camiseta de cumpleaños llevaba un Super Mario. No podría haber sido de otra forma.


Aunque no nos ponemos de acuerdo él y yo sobre si Super Mario está entrando en la tubería o saliendo de ella, la camiseta le requeteencanta y a parte de llevarla el día de su cumpleaños, le estamos sacando mucho partido porque se la pone mucho.

Mirad qué bien le queda:





jueves, 16 de julio de 2020

Pastel de Super Mario de 6 años

Hola, hola, hola, ayer el piratilla cumplió 6 añazos. Y nos merecíamos una fiesta, que han sido meses muy duros (y lo que nos queda todavía) y ha habido muchos cumpleaños que se han quedado sin celebración, así que, ya que las circunstancias lo permiten (y no sabemos si seguirá siendo así), había que celebrar el suyo sí o sí. Aunque fue una celebración adaptada a los tiempos que corren, con muy pocos amiguitos, con parte de la familia, al aire libre, con un juego que permitiera la mayor distancia posible entre los niños (guerra de pistolas de agua, de la que no se cansaron en toda la fiesta), mascarillas y mucho gel hidroalcohólico.

Quizá lo suyo este año hubiera sido comprar un pastel ya hecho, que se supone que tiene más garantías sanitarias, pero el piratilla quería sí o sí que se lo hiciera yo y que fuera de su última obsesión: Super Mario. Así que con mascarilla y lavándome las manos mucho más que lo que acostumbro al cocinar, preparé este pastel:


He de decir que, de entrada, mi señor hijo se enfadó porque no había puesto en 3D un personaje que me pareció lo siguiente a complicadísimo, que una conoce sus limitaciones. Pero luego, al ir añadiendo detalles y personajes le fue gustando cada vez más.

El muñeco de Luigi en un coche es un juguete, no es de fondant, y era una sorpresa para él, no lo había visto hasta que le sacamos el pastel en la fiesta, así que fue el toque perfecto para su pastel y para olvidar el otro personaje que no llegué a hacer...

Por cierto, a tener en cuenta en cumpleaños en la era del coronavirus: no sirve de nada tener mucho cuidado al preparar el pastel si después se sopla la vela sobre él, llenándolo todo de microgotas. Pusimos la vela, le hicimos fotos con el pastel y la vela y después la sacamos, apartamos el pastel, encendimos la vela aguantándola yo (que convivo con el piratilla y sus microgotas) y sopló. Porque la alternativa, soplar con mascarilla, es muy, muy complicado...

miércoles, 20 de mayo de 2020

Más varitas mágicas hechas con fimo


Os voy a confesar una cosa: la pitufina no es la única fan de Harry Potter que hay en nuestra casa. Yo fui leyendo los libros conforme se iban publicando y fui viendo las películas conforme se fueron rodando, el mundo de Harry Potter me atrapó hace muchos años y ahí sigo. Y tengo amigas tan potterheads como yo, justamente las amigas con las que cada Navidad hacemos un amigo invisible con regalos artesanales, así que ya veis, la pitufina no es la única que ha regalado varitas mágicas a sus amigas...

Como estas no estaban pensadas para jugar, las hice de fimo, que se trabaja mejor y da un mejor resultado. Y, como los hijos de mis amigas también son fans de Harry Potter y yo quería que las varitas fueran de mis amigas, y no de sus hijos, les puse su nombre, para evitar hurtos...
Y ya sabéis, la varita elige al mago, así que no me molesté en pensar qué varita sería para cada una de ellas, me limité a poner sus nombres en orden alfabético y elegir una varita al azar, sin mirar, para la primera de la lista; otra, sin mirar, para la segunda y así sucesivamente.


 Aquí tenéis las cuatro varitas, todas muy parecidas pero, a la vez, totalmente diferentes, para que cada una fuera única y especial.





 Y aquí cada una de las varitas. Sería maravilloso si pudieran hacer magia de verdad...

martes, 12 de mayo de 2020

Jardín de hadas

Bueno, parece que ni estando en casa por cuarentena dejo de ir apurada de tiempo. Me han llegado a dar envidia todos esos que dicen que se aburren en casa tanto tiempo, a mí sigue sin darme la vida para todo... ¡aburrirse hasta sería un lujo!

Hace tiempo una amiga le regaló a otra (esos amigos invisibles de regalos artesanales que hacemos...) un jardín de hadas muy mono. Me gustó pero nada más, quedó en el recuerdo. Pero debió quedar poso porque casi un año después me apeteció hacer uno para mí y fui buscando materiales hasta preparar el centro de mesa más bonito que he tenido nunca...




El proceso fue también divertido. Buscar una bandeja bonita (me encanta aunque si fuera algo más grande sería perfecta), buscar una casita (sin pretenderlo, tiene luz incorporada), la valla, las piedrecitas, los cactus (que son naturales, por supuesto), el cartelito, las setas... Y más no cabe porque la bandeja no es muy grande, pero me encanta cómo quedó.

De momento, me temo que es lo más cerca que estoy de tener una casita con jardín...

martes, 7 de abril de 2020

Limoneando con la pitufina (XXIV): cajita decorada

En realidad, este post casi no se puede llamar "limoneando con la pitufina", más bien se debería llamar "la pitufina limonea sola" porque esta manualidad la pensó ella y la hizo casi sola. En su grupo de amigas, habían decidido hacer un amigo invisible en el que el regalo tenía que ser algo hecho por ellas (¿de qué me sonará a mí esto?) y decidió decorar un caja que teníamos por casa para que fuera un perro, el animal preferido de su amiga Berta, que iba a recibir el regalo.

Ella inicialmente quería hacerlo con goma eva, pero no le hubiera quedado bien, así que acabó por decidirse por el fieltro, con la suerte de que su madre (que soy yo) tiene un arsenal de fieltro de muchos colores diferentes, con lo que encontró todo lo que quería.

Para forrar la caja la ayudé un poco, especialmente con las esquinas, para que quedara bien pegado, y el resto fue todo cosa suya.



¿Verdad que le quedó bonita? Fue todo un éxito entre sus amigas.

miércoles, 25 de marzo de 2020

Limoneando con el piratilla (XXIII): castillo con cartones reciclados

Hola a todos. Espero que estéis bien de salud y llevando el confinamiento lo mejor que se pueda. Ojalá pronto esta pesadilla pueda quedar atrás y que el daño que cause, en vidas y económico, sea el menor posible. 
Por mi parte, aprovecharé a ver si estos días puedo actualizar por fin el blog, empezando con un par de ideas para hacer con los niños en casa, que ahora tienen más tiempo libre que nunca...

En este caso, os enseño un castillo con cartones reciclados que hicimos el piratilla y yo para un proyecto que estaban trabajando en su clase antes de que el dichoso covid-19 entrara en nuestras vidas. El proyecto lo eligieron los niños por votación y la profesora les pidió que llevaran a clase materiales que tuvieran por casa que pudieran servir y que, si querían, hicieran manualidades relacionadas con el tema. 

Y nos pusimos manos a la obra. Cuatro rollos de papel de cocina, una caja, tijeras, cartulina, celo y poco más.

El piratilla tiene 5 años y lo pudo hacer casi todo él solo. Lo importante no es lo mejor o peor que quede, sino que lo hagan ellos: fomenta su creatividad, desarrolla la psicomotricidad fina y después se sienten muy orgullosos de haberlo logrado.



Cuando ya estaba hecho el castillo en si, dibujó y pintó una bandera, que colocamos en una de las torres, y un escudo, que pusimos junto a la puerta. 
Y, por último, coloqué una cartulina en el suelo para que el patio de armas quedara más bonito.



Al final, se animó incluso a dibujar a algunos habitantes del castillo, para poder jugar. Aunque ahora el castillo está en el cole (y el cole cerrado, ups) pero en algún momento lo recuperará y ya tiene planes de ampliarlo...